top of page
Buscar

Lo Perdí... Parte 1: La ilusión

  • madreadiario
  • 9 oct 2014
  • 2 Min. de lectura

En mi caso tuve muchísima suerte y me embaracé al primer intento, aun cuando mentalmente sabía que esto podría llegar a tomar hasta un año sin que tuviéramos que precuparnos. No puedo explicarles mi felicidad de que esto sucediera tan rápido. Desde hacía meses tenía preparada la sorpresa para darle la noticia a mi esposo cuando llegara el momento y tal como esperaba y planeé, resultó uno de los momentos más emotivos que hemos vivido, no podíamos creer nuestra suerte de que hubiera sucedido tan rápido. Por supuesto de inmediato hablé al consultorio de mi doctora para hacer una cita.

La primera cita, como casi todas las primeras citas de embarazos tan cortos, fue un poco desalentadora, efectivamente había embarazo, pero aun era muy pronto y no se veía nada, “no comenten nada aun a nadie”. Pero claro nuestra emoción era muy grande y en el panorama no vislumbrábamos una pérdida, claro no fuimos corriendo a poner un post en Facebook, pero si le dijimos a nuestras familias (papás y hermanos) y a un par de amigos muy cercanos. En la segunda cita, ya se veía nuestro frijolito y oímos un latido, el latido era muy débil, pero bien se podía deber a que el embarazo estaba aún en sus etapas iniciales, yo había leído que una vez que se escuchaba el latido las posibilidades de perder el embarazo eran prácticamente nulas. Había algunas señales que nos debieron haber alertado para no ilusionarnos o al menos irnos con cuidado, las doctoras seguían aun muy reservadas y nos habían hecho comentarios como “Aun es muy pronto, vamos a esperar a ver que pasa”; ya sabían que no era un embarazo anembroniario (donde no hay feto) porque habían escuchado el latido, pero no estaban muy optimistas, claro que tampoco podían ser pesimistas.

Nosotros por otro lado, éramos los más felices, escuchar el latido nos había proporcionado una seguridad inexplicable y una sensación indescriptible. Sabíamos que todo estaría perfecto y que no había más que esperar un mes a la siguiente cita para que nos confirmaran que todo estaba en orden y pudiéramos gritarlo a los cuatro vientos. Para ese entonces, ya habíamos decidido decirle a más que un par de amigos, hicimos una reunión por mi cumpleaños con nuestros amigos cercanos y ahí les dimos la noticia, también compartimos nuestra felicidad con primos y tíos. Aún era muy pronto para gritarlo a los cuatro vientos, había que ser prudentes, pero recuerdo un par de días antes de ir al doctor haberme visto tentada a publicarlo en Facebook, ¿qué podía pasar? Ya había pasado un mes y yo seguía con síntomas y nada malo había sucedido, pero por alguna razón no lo hice… menos mal, no sabía lo que nos esperaba.

 
 
 
bottom of page