Amor a primera vista
- madreadiario
- 11 dic 2014
- 3 Min. de lectura
Clásico, estás embarazada y todo mundo tiene algo que opinar. La mayoría de estos comentarios son con buenas intenciones, pero la verdad es que también en la mayoría de los casos no hacen más que estresarnos, preocuparnos y muchas veces enojarnos, tenemos la hormona a flor de piel así que esto no es nada complicado.
Uno de los comentarios que más nos hacen es “Te vas a enamorar perdidamente en el segundo que lo veas, es el amor más grande que jamás conocerás” Sí, sin duda será el amor más grande que jamás conocerás, pero ¿te vas a enamorar perdidamente en el segundo que lo veas?
La sensación de ver a tu hijo por primera vez sin duda es indescriptible, la adrenalina, las emociones y todo lo que sucede alrededor durante el nacimiento es increíble, hay que vivirlo para entenderlo. Sin embargo, yo no lo llamaría amor perdidamente.
A pesar de que durante nueve meses tu hijo estuvo dentro de ti, no lo conoces y él no te conoce a ti. No conoces la vida siendo madre y él, él no conoce la vida. Después de los días en el hospital donde tienes quien te ayude, te asesore y un sin fin de distracciones como las visitas; hay que regresar a casa, solo que esta vez no serán dos, sino tres o más si tuviste un embarazo múltiple.
Entonces sí comienza lo bueno. Para empezar tu no sabes qué está pasando; tienes las hormonas más desordenadas que nunca; si no tuviste la suerte de un parto natural, tienes una cirugía de la cuál recuperarte porque a duras penas puedes moverte, en circunstancias normales eso sería suficiente para tirarnos en cama y dejarnos consentir. Pero… ¡sorpresa! Eso es imposible porque ahora hay una personita completamente vulnerable que depende de ti y tu pareja al 100% y hay que atenderlo.
Cada tres horas máximo hay que darle de comer, lo cual al principio, si estás lactando, toma alrededor de una hora. Esto se puede volver muy estresante si además no tuvimos alguien que nos explicara de que se trataba en realidad la lactancia (agradezco profundamente que yo sí tuve quien lo hiciera, lo cuál facilitó enormemente las cosas). Además de darle de comer, esa personita está acostumbrándose a su vida fuera del útero y su única forma de comunicación es el llanto; pero como tu eres madre primeriza, no conoces su llanto, por lo que cuando llora no sabes si tiene hambre, le duele algo, tiene sueño, tiene frío o ¿qué le pasa? Esto te genera estrés, y al sentirte estresada, tu hijo también se estresa lo cual por supuesto empeora las cosas. Y esto sucede las 24 horas, durante la noche, justo cuando por fin logras dormir un poco, un llanto al que no estás acostumbrada de pronto te despierta y hay que atenderlo, tu bebé tiene hambre. Por lo que además deberás lidiar con la falta de sueño.
Así que no, en ese momento no estás perdidamente enamorada de él, solo estás perdida. Encima te sientes culpable porque eres la única que no amó con locura a su bebé desde el principio y las hormonas tampoco ayudan. Te tengo noticias… ¡a todas nos pasa! Todas nos vamos enamorando poco a poco de nuestro bebé, poco a poco vamos aprendiendo a manejarlo, poco a poco lo vamos conociendo, poco a poco lo vamos entendiendo. Y entonces sí, surge un amor que se te desborda del pecho y crees que si crece un poco más explotarás; pero como todo, es un proceso, no es instantáneo.
Así que si estás embarazada, la próxima vez que te digan que conocerás el amor a primera vista, no lo tomes al pie de la letra. Si los primeros días solo te sientes perdida, es normal, verás que pronto llega ese amor inmenso, pero recuerda que las cosas que valen la pena requieren de tiempo y esfuerzo.
Un tip: sé que está súper trillado y que a veces no nos encanta escucharlo, pero cuando tengas oportunidad y no tengas otras mil cosas que hacer, aprovecha sus horas de sueño para dormir o al menos descansar un poco. Tómate las cosas con calma, el mundo puede esperar.