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¡No te justifiques!

  • madreadiario
  • 9 ene 2015
  • 2 Min. de lectura

Este último mes, como era de esperarse tuvimos muchos compromisos típicos de las fiestas decembrinas. Muchas personas vieron a mi hijo y también como es de esperarse todos tenían algo que opinar al respecto.

Que si mejor dale así de comer, mejor ponle el pañal así, mejor báñalo a esta hora, porqué le das así el biberón, no lo cargues tanto tiempo, déjalo que llore, no le va a pasar nada; en fin una lista interminable de “sugerencias”. Claro a todas nos pasa y la verdad es que es bastante molesto, tanto viniendo de las personas que no tienen hijos como de las personas que sí los tienen.

Pero lo peor fue que en una ocasión me sorprendí de pronto justificándome porqué hacia algo de cierta manera. Eso me dio mucho que pensar. ¿Porqué me estaba justificando? Es mi hijo y yo lo educo y cuido como yo quiera y como yo piense que debe ser, y no tengo porqué estar dando explicaciones al respecto, después de todo soy su madre y nunca haría nada que pensara que le causará daño.

No digo que no aceptemos consejos, la verdad a mi me han llegado muchos con las mejores intenciones, que me han facilitado la vida y me han enseñado a hacer muchas cosas de una mejor manera. No estoy diciendo que debemos dejar de ser receptivas. Pero hay muchas personas que no lo hacen precisamente por ayudar si no por metiches, o porque piensan que si no hacemos las cosas como ellas consideran entonces están mal hechas.

Me di cuenta que me justificaba porque me daba flojera tener que dar explicaciones y tal vez también hasta por miedo al juicio. Eso debo aceptar que me enojó un poco, después de todo si me quieren juzgar con respecto a mi hijo ese no es mi problema sino de la persona que está enfrente. Como ya dije yo sé perfecto que todo lo que hago por mi hijo es con las mejores intenciones y con todo mi amor. Esa es toda la seguridad que deberíamos tener, y lo que los demás opinen o dejen de opinar no tiene porqué quitarnos el sueño.

Y así también debemos tener cuidado cuando opinemos de los hijos de otras personas, o cuando vayamos a emitir un juicio. Hay que recordar que todas estamos en el mismo barco y haciendo nuestro mejor esfuerzo. Si tu consejo no es tomado en cuenta, no te ofendas nadie tiene la obligación de tomar consejos. Y afortunadamente todos en este mundo pensamos de forma diferente, así es que ¡cada quien a lo suyo!


 
 
 
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