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El Centro del Universo

  • madreadiario
  • 23 ene 2015
  • 2 Min. de lectura

Por fin tenemos a nuestro bebé en brazos y sentimos un amor que nunca imaginamos. Un amor que rebasa todos los límites de lo imaginable. Nos sentimos inmensamente felices.

Sin duda, un hijo es una de la más grandes bendiciones, y cuando lo tenemos lo único que queremos es protegerlo, darle todos nuestros cuidados, nuestro amor y que no le falte absolutamente nada. Todo eso está muy bien, pero no debemos olvidarnos de que él no es el centro del universo.

Aún tenemos un esposo/pareja y una vida que cuidar. La llegada del bebé sin duda, nos cambia la vida, pero tenemos que entender que no lo es todo en el mundo. Dejando a un lado el gran daño que le haremos un día si lo convertimos en el centro del universo (que será muy grande), también nos haremos mucho daño a nosotras mismas.

En unos años de pronto nos daremos cuenta que además de tener un hijo con muchos problemas por creer que el mundo gira a su alrededor, nuestro matrimonio se encontrará muy dañado, nuestra vida habrá desaparecido, y por si fuera poco, nuestro retoño lo único que quiere es “hacer su vida” y que mami no esté cuidando de él todo el día.

Si nos ponemos a pensar, dudo mucho que alguna de nosotras pretenda que nuestra vida haya acabado en veinte años o menos cuando nuestros bebés ya no necesiten que hagamos todo por ellos. Al contrario aún estaremos en una excelente edad para seguir disfrutando de la vida y vivir nuevas etapas y aventuras al lado de nuestra pareja.

Pero si queremos que esto suceda, es necesario regar la plantita todos los días. Necesitamos hacernos conscientes de que por nuestro bien y el de nuestros hijos, ellos no son todo lo que hay en la vida. Cada quien tiene su propia vida y si bien es nuestro papel guiarlos, y ser responsables de su bienestar en sus primeros años, es también nuestra responsabilidad que se conviertan en seres independientes y seguros de ellos mismos. Seres que tengan una vida y que nos permitan tener la nuestra.

No podemos volvernos los títeres de nuestros hijos, porque además tampoco estamos construyendo una relación sana con ellos. Últimamente los límites no están muy claros, y es por eso que vemos tantos niños tiranos de sus padres. Debemos recordar y recordarles a ellos que la autoridad somos nosotros y no al revés y que en el universo hay muchas estrellas que brillan y que deben compartir su brillo con ellas.


 
 
 
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