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Heredando creencias

  • madreadiario
  • 26 feb 2015
  • 2 Min. de lectura

¿Alguna vez te has puesto a pensar todas las creencias que heredaste de tus padres y las que tu heredaras a tus hijos? Estas creencias pueden traducirse incluso en enfermedades.

Estoy tomando un taller con una mujer que es una verdadera eminencia, y que nos está ayudando a hacernos conscientes del verdadero poder que tiene nuestra mente y nuestros pensamientos sobre nuestro cuerpo y lo responsables que somos de absolutamente todo lo que nos sucede.

Ayer nos platicaba como las creencias son hereditarias y contagiosas y por la misma razón, lo común que es que los hijos heredemos enfermedades de nuestros padres. Sé que suena tal vez difícil de creer, pero esas enfermedades están en nuestra mente, en la información de nuestras células y tan solo con el pensamiento correcto somos capaces de modificar esa información.

Necesitamos aprender a escuchar a nuestro cuerpo ya que él nos da todas las señales de lo que está sucediendo dentro de nosotras, cada enfermedad tiene una razón de ser y si supiéramos escucharlo nos daríamos cuenta de lo que debemos modificar en nuestra vida. Qué nos está haciendo daño y dónde estamos fallando.

Como mamás debemos ser muy conscientes de lo que estamos proyectando a nuestros hijos y de lo que nuestros hijos proyectan sobre nosotras. ¿Sabías que las enfermedades de tus hijos hasta los siete años son un reflejo de su madre? Después hasta los catorce, son mitad y mitad.

Tal vez te parezca difícil de creer, pero intenta analizar tus pensamientos, ¿cuántos en verdad son productivos y cuántos nos hacen solo daño? Estar pensando en lo que no queremos que pase, lo que nos da miedo, lo que no nos gusta, lo que nos produce ansiedad; solo hace crecer todas estas cosas negativas. Intenta cambiar tus pensamientos, pensar en positivo y dar por hecho las cosas que quieres atraer y verás como tu vida cambia, como todo comienza a llegar.

No es fácil, necesitamos cambiarnos el chip, pero a base de práctica y persistencia podemos lograrlo. Y sobretodo pensemos que la forma en la que vemos la vida y actuamos ante ella, es la forma en la que estamos enseñando a nuestros hijos que deben hacerlo, ¿Queremos formar hijos responsables de su vida y con confianza en su felicidad porque depende de ellos? ¿O queremos formar hijos que no sepan como ser felices porque no aprendimos a hacerlos responsables de su propia vida?

 
 
 
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