LA MATERNIDAD NO ES PARA MI

Muy fuerte, pero creo que a todas en algún momento nos pasa esta idea por la cabeza.

Es completamente normal, de pronto todo es diferente, ya no somos dueñas de nuestro tiempo y sentimos que la vida no nos va a alcanzar. Sobre todo esas primeras semanas en las que todo es nuevo y que no estamos muy seguras si seremos capaces de hacernos cargo de esa pequeña criaturita que parece tan indefensa.

En algún punto mientras estás dando de comer a las 3 AM y que lo único que quisieras es volver a dormir piensas ¿En qué momento se me ocurrió? Si yo estaba tan feliz y tranquila con mi vida, ¿pero qué necesidad?

Y aunque no lo comentas con nadie porque obviamente no quieres ser juzgada ni la peor madre, de pronto sientes que definitivamente la maternidad no es para ti. Si hubieras sabido, quizá no te hubieras metido en tremendo lío, y de pronto mientras estas pensando esto, tu bebé te regala su mejor sonrisa y sientes que todo el mundo a tu alrededor desaparece.

Y así mientras tratas de lidiar con tus sentimientos de culpa por tener tan terribles pensamientos, tu bebé todos los días empieza a enseñarte que no tienes nada de que arrepentirte, que ser madre es una de las mejores cosas que te han sucedido y que solo hay que acostumbrarse. De pronto tu bebé se vuelve uno de tus grandes maestros, y te das cuenta de lo mucho que se nos olvida disfrutar la vida.

Poco a poco esos sentimientos desaparecen y tomas más confianza. Y cuando ves a una recién estrenada mamá que está pasando por esto, está asustada y no se atreve a hablar de ello abiertamente, no puedes más que sonreír y decir “Tranquila, créeme, la maternidad sí es para ti”.