¡No tires la toalla!
- madreadiario
- 2 ago 2015
- 2 Min. de lectura

Tener un hijo es una experiencia increíble, es conocer un amor incondicional e inexplicable, es volver a aprender a vivir y son horas garantizadas de diversión. Pero seamos honestas, ¡no todo es color de rosa!
Cuántas no tenemos ganas de tirar la toalla algunos días, de decir ¡Renuncio! Y tirarse a descansar en cama sin saber nada más. Aunque a veces no nos guste aceptarlo, estoy segura de que a todas nos pasa.
Pero también sabemos que no es posible, es el único trabajo al que nunca podrás renunciar, afortunadamente. Como platicaba ayer con una amiga la maternidad es ambivalente, no la cambiaríamos por nada pero cuando llega la noche y los hijos por fin duermen nos sentimos aliviadas; eso sí que hermosos se ven dormidos.
Todas tenemos esos días, pero he descubierto últimamente que esos días en gran parte no dependen del humor de los hijos, ni siquiera de sus ganas de cooperar, o de que se sientan mal o bien. En gran medida dependen de NUESTRO humor y de NUESTRA actitud.
No podemos olvidarnos de que el adulto somos nosotras, de que ellos están aprendiendo a vivir, a controlar sus emociones y a razonar. Cuando vemos las situaciones desde este punto de vista, logramos mucho más empatía con nuestros hijos y por lo tanto les tenemos más paciencia.
Aprendemos a guiarlos sin desesperarnos, a divertirnos y también a darles el amor que necesitan para crecer seguros. Y no tengo la menor duda de que en unos años cuando veamos en lo que se han convertido, todo habrá valido la pena. Nos acordaremos de los días “complicados” como esos días en los que “fui capaz de hacer de mi hijo la persona que es hoy.”
Así que creo que aunque hay unos días menos sencillos que otros, debemos ponernos pilas, ser empáticas con nuestros enanos y tratar de sacar lo mejor de nosotras, para hacer lo mejor de ellos.
Cuando estés a punto de renunciar, cierra los ojos, tómate un par de minutos y ¡No tires la toalla!