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¡Se acabaron las vacaciones!

  • madreadiario
  • 5 abr 2016
  • 2 Min. de lectura

Debo confesar que estas dos semanas que tuvimos al chaparro de vacaciones, ¡lo disfruté muchísimo! Tuvimos la fortuna de salir algunos días a disfrutar de la alberca y la pasamos ¡genial!

Me impresionó darme cuenta todo lo que avanza cada semana a su corta edad de 1 año 8 meses. Juro que empezó las vacaciones un niño y al final ya era otro. Nuevos chistes, nuevas gracias, más palabras, nuevos cariños pero también nuevas mañas. Poco a poco nos acercamos a los temibles dos años y se nota. Pero en fin, vamos tomando cada día poco a poco.

Cuando me dijeron que además de las dos semanas de vacaciones, se tomarían un día más, honestamente me pareció una tontería, sabía que yo también debía regresar a organizar mi vida y volver a la normalidad y que ese lunes no sería fácil. Dicho y hecho, lo decreté y ayer todo fue un caos y yo solo contaba las horas para que fuera martes y comenzáramos con vida normal nuevamente.

Al igual que yo, él también necesitaba ya su rutina de regreso, su espacio y sus horarios. Ninguno de los dos sabíamos ya muy bien que más hacer y cómo entretenernos. Bueno mamá si sabía, tiene un montón de chamba acumulada, pero no era precisamente el mejor momento para hacerla. Pero claro logramos sobrevivir el día de buenos ánimos y juntar la paciencia para vernos un día más durante 13 horas seguidas.

Afortunadamente logramos desde hace unos días hacer ajustes para el cambio de horario, que además coincidió perfecto con la vuelta a la escuela y este no fue un tema para nosotros. Hoy todo regresó a la normalidad.

Mientras mi chaparro tomaba su leche de la mañana acostado aun en piyama en mi cama, me acerqué a darle un beso y le dije “Te amo”, me volteó a ver, me sonrío y me contestó “Amo”. En ese momento todo se detuvo, no importa cómo resultara el día de hoy, esa sonrisa y esa pequeña palabra harían que todo estuviera bien. Y así ha sido, también lo decreté.

En fin, él se quedó muy contento de regreso al kínder, confieso que yo también y que además sentí lindo cuando vio a su “mejor amigo” y me dijo “Adiós mamá, Diego” mientras lo señalaba. El estaba de regreso en su rutina y mamá y papá en la suya.

Pero también me quedé reflexionando acerca de lo rápido que pasa el tiempo, de lo independientes que se vuelven y de los contrastes de la maternidad. Apenas ayer contaba las horas para que regresara al kínder y hoy hace un rato me caché queriendo darle un beso y no tenerlo cerca, hoy no pude darle todos los besos que le di las últimas dos semanas. ¡Pero ya nos pondremos a mano!


 
 
 
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