top of page
Buscar

DIEZ DE MAYO

  • madreadiario
  • 10 may 2016
  • 3 Min. de lectura

Diez de mayo es un día que me pone sensible. ¡No que no lo sea! Pero ¡más! Y aunque claro es importante dar gracias, apapachar, consentir y honrar a nuestras madres todos los días, esta fecha siempre es de reflexión. Es una fecha en la que más que comprar regalos me gusta agradecer, recordar y valorar.

Ahora que soy madre valoro mucho más a mi madre y a mi abuela (a quien por cierto extraño todos los días a pesar de que hace muchos años ya no está con nosotros). Ahora entiendo tantas cosas que quizá me parecían un tanto irrelevantes o incomprensibles. Y es que sin duda ser madre te revoluciona el corazón, cambia su estructura y te vuelve más fuerte, te da más capacidad de amar, te vuelve más empática y te reencuentra contigo, te hace darte cuenta de cosas que no sabías que tenías dentro de ti.

Siempre me pareció gracioso ver a las mamás llorando en los festivales o porque recibían un regalo hecho por sus hijos. Que lindo, pero ¿tanto así como para llorar como magdalena? Y ahora llegó el momento de morderme la lengua. Hoy mi chaparrito me dio un portarretratos hecho por él en la escuela y no pude evitarlo, lloré y lloré. Ahora la cursi soy yo, después de prometer que nunca sería tan cursi. ¡Oops!

Hoy mi esposo mientras me felicitaba y agradecía, me decía que ser madre no es sólo traer hijos al mundo y justo leía a una mujer fuerte y hermosa que escribía que aunque ella no tenía hijos era “madrastra” (odia la palabra) de una niña a la que ha criado durante ocho años. La mamá de esta pequeña está lejos y ella ha sido su ejemplo, su madre, y como bien decía, aunque no salió de mi cuerpo, le tengo tanto amor como si lo hubiera hecho y estoy dispuesta a dar la vida por ella como si lo hubiera hecho. Y tiene razón, también hay que honrar a estas mujeres que sin ser madres, lo entregan todo como si lo fueran.

Sin duda el único amor en el mundo que es verdaderamente incondicional es el de una madre a sus hijos. Yo doy gracias todos los días por tener la oportunidad de sentirlo, de vivirlo, de disfrutarlo y también de sufrirlo. Ser madre no es lo más fácil del mundo, es muy retador y puede llegar a ser agotador también. Pero para mi ha sido el más grande aprendizaje en mi vida, mi mayor regalo, me ha enseñado a encontrar mis rincones más intensos y más hermosos.

También doy gracias todos los días por los hombres que tengo en mi vida que me ayudan en esta tarea, en especial a mi esposo que se pone la camiseta todos los días y me apoya en todo.

¡Ser madre no lo cambio por nada! Les mando un fuerte abrazo a todas las madres que día a día dan lo mejor de ellas por hijos. A todas las madres que con diferentes estilos de crianza, hacen lo que consideran será mejor para ellos. No importa como los eduques, lo que importa es qué tanto corazón, dedicación y paciencia les tengas. Ellos serán nuestro legado y como decía la Madre Teresa de Calcuta “No te preocupes porque tus hijos no te escuchen, te observan todo el día”


 
 
 
bottom of page